Cada vez más acuden a consulta pacientes con la superficie de los dientes muy desgastados, con sensibilidad al frío y al calor, y con problemas en los músculos de la masticación, y no personas muy mayores. Cuando hablamos con ellos, también nos informan sobre cargas emocionales personales y familiares, y tensión laboral o estrés en su ritmo de vida.