Cada vez más acuden a consulta pacientes con la superficie de los dientes muy desgastados, con sensibilidad al frío y al calor, y con problemas en los músculos de la masticación, y no personas muy mayores. Cuando hablamos con ellos, también nos informan sobre cargas emocionales personales y familiares, y tensión laboral o estrés en su ritmo de vida.
El bruxismo es un hábito que consiste en apretar y rechinar los dientes, tanto de día cuando se está despierto, como de noche mientras se duerme. Hay un alto porcentaje de población adulta que lo padece y también lo pueden sufrir los niños.
El bruxismo se presenta como una forma de descarga emocional, en la que nuestro cerebro sobreestimula lo músculos masticatorios traduciéndose en un apretamiento inconsciente de los dientes.
En clínica, reconocemos rápidamente que un paciente tiene bruxismo porque vemos los desgastes que presentan en los dientes. Del mismo modo, dichos pacientes presentan patologías añadidas como pueden ser pérdida del soporte óseo de los dientes y de la movilidad de los mismos, apiñamiento dental o maloclusiones, que remiten dolor en los músculos masticatorios (maseteros y temporales), contracturas musculares, dolor al abrir y cerrar la boca junto al típico chasquido al hacer dicho movimiento, dolor de oídos y de cabeza, migrañas, alteración del sueño, roturas de empastes y sensación de ”tierrecilla” en boca…
Toda esta sintomatología, el mismo Bruxismo en sí, se acentúa o agrava por el estrés. Un ritmo de vida estresante sin descanso, problemas familiares, estados económicos desfavorables, exámenes, personas ya de por sí nerviosas, relaciones sentimentales, etc…haciendo toda la sintomatología, anteriormente citada, mucho más dolorosa.
¿Cómo puedo saber si padezco bruxismo?
Las personas que padecen bruximo se despiertan con la mandíbula sobrecargada, resultado de haber estado toda la noche apretando los dientes. El primer movimiento de apertura al ir a beber café o hablar cuesta, y remiten dolores en sienes y contracturas en cuello y espalda.
A la ingesta de alimentos ácidos y bebidas frías o calientes, experimentan una sensación de hipersensibilidad fuera de lo normal, debido a que la superficie de sus dientes lentamente se van desgastando, de la misma manera que el viento y el agua erosionan dos rocas con el paso del tiempo.
LO mejor es acudir a clínica para explorar extra e intrabucalmente todos estos síntomas y signos característicos del bruxismo. El diagnóstico prematuro y su tratamiento a tiempo es fundamental para evitar que el bruxismo llegue a estadios más graves.
¿En qué consiste el tratamiento para el bruxismo?
El paciente debe de saber que es un hábito involuntario, que por sí solo no se cura y es difícil de prevenir, dado que su etipatogenia es múltiple: física y psicológica.
Podemos decir que los dos grandes causantes del bruxismo son las patologías dentales ( maloclusiones y alteración de la morfología y colocación de los dientes) y el estrés.
Por lo tanto, lo primero sería realizar un estudio en clínica para mejorar la mordida y el alineamiento de los dientes, es decir, llevar a cabo un buen tratamiento de Ortodoncia.
En clínica se pueden diseñar unos aparatos transparentes y ligeros llamados férulas de descarga hechos a medida, para usar principalmente por la noche, momento en el que el paciente no es consciente y no puede controlar este hábito de rechinar. Aunque su uso está indicado también de día en aquellos pacientes que aprietan sus dientes mientras trabajan, estudian, conducen, hacen deporte u otra situación de estrés.
El tratamiento conjunto de un buen fisioterapeuta especializado en el tratamiento de las fisiopatologías de los músculos masticatorios, articulación temporomandibular, cervicales, etc.
Y otra serie de tratamientos coadyuvantes como: relajación y ejercicios musculares, meditación, masajes de la musculatura implicada y estiramientos, evitar ingesta de alimentos y bebidas excitantes.
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